Ser proactivo

7 hábitos de entrenamiento

El almacenamiento o acceso técnico que sea estrictamente necesario para el fin legítimo de posibilitar la utilización de un determinado servicio expresamente solicitado por el abonado o usuario, o para el fin exclusivo de efectuar la transmisión de una comunicación por una red de comunicaciones electrónicas.

El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin una citación judicial, el cumplimiento voluntario por parte de su proveedor de servicios de Internet o registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada únicamente con este fin no puede utilizarse normalmente para identificarle.

Liderazgo Covey

El hábito 1: Sé proactivo consiste en asumir la responsabilidad de tu vida. No puedes seguir echando la culpa de todo a tus padres o abuelos. Las personas proactivas reconocen que son «respondibles». No culpan a la genética, las circunstancias, las condiciones o los condicionamientos de su comportamiento. Saben que eligen su comportamiento. Las personas reactivas, por el contrario, suelen verse afectadas por su entorno físico. Encuentran fuentes externas a las que culpar de su comportamiento. Si hace buen tiempo, se sienten bien. Si no lo es, afecta a su actitud y a su rendimiento, y culpan al tiempo.

Todas estas fuerzas externas actúan como estímulos a los que respondemos. Entre el estímulo y la respuesta está tu mayor poder: tienes la libertad de elegir tu respuesta. Una de las cosas más importantes que eliges es lo que dices. Tu lenguaje es un buen indicador de cómo te ves a ti mismo. Una persona proactiva utiliza un lenguaje proactivo: puedo, lo haré, lo prefiero, etc. Una persona reactiva utiliza un lenguaje reactivo: no puedo, tengo que, ojalá. Las personas reactivas creen que no son responsables de lo que dicen y hacen: no tienen elección.

Resumen de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva

«Fíjate en la palabra responsabilidad: «capacidad de respuesta», la capacidad de elegir tu respuesta. Las personas altamente proactivas reconocen esa responsabilidad. No culpan a las circunstancias, las condiciones o los condicionamientos de su comportamiento. Su comportamiento es producto de su propia elección consciente, basada en valores, más que producto de sus condiciones, basadas en sentimientos.» ~ Stephen Covey

Ser proactivo lleva tiempo, ya que tienes que considerar tus opciones, sopesar alternativas y tomar tus propias decisiones para alcanzar tus objetivos. Un comportamiento reactivo está influido por el entorno y las fuerzas externas.

Ser proactivo significa anticiparse a los problemas, buscar nuevas soluciones y hacerlo lo mejor posible. Ser reactivo, por el contrario, significa resolver los problemas cuando aparecen, no querer cambios y hacer el mínimo esfuerzo.

Para ser proactivo tienes que tener claros tus objetivos en la vida y llevar a cabo acciones que te ayuden a alcanzarlos. David Allen recomienda un modelo de 6 niveles para revisar tu propio trabajo y conseguir que tus acciones cotidianas estén alineadas con tus objetivos a largo plazo.

Covey lo primero es lo primero

Si hay algo de lo que probablemente todo el mundo podría prescindir, es de un entorno de alto estrés en el trabajo. Plazos inminentes, reuniones improvisadas, correos electrónicos sin contestar… a veces parece que hay infinidad de problemas que hay que resolver.

Una forma de superar esa lista de tareas aparentemente interminable es aprender a enfocarlas de otra manera. Reaccionar ante una situación en el momento puede hacerte sentir como si tuvieras un montón de platos girando y esperando que no se caiga ninguno. Ralentiza tu proceso de pensamiento y sigue nuestros cinco pasos para crear una mentalidad más proactiva en el lugar de trabajo.

Lo último que querrás hacer cuando surja algo de repente en el trabajo es dejar que se quede sin resolver. Nosotros hemos pasado por eso, ¡así que lo entendemos! El problema de reaccionar constantemente y de forma inmediata ante un problema es que, en primer lugar, no te estás dando tiempo para comprender la situación.

No suele ser eficaz empezar a resolver un problema antes de tener toda la información necesaria para resolverlo. Cuando experimentas problemas que parecen tener que resolverse cuanto antes, tu cerebro puede volverse loco. Podrías acabar perdiendo el tiempo en una solución que ni siquiera es relevante para el problema en primer lugar.