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Hace más de 30 años, Carol Dweck y sus colegas se interesaron por la actitud de los estudiantes ante el fracaso. Se dieron cuenta de que algunos estudiantes se recuperaban mientras que otros parecían devastados incluso por los reveses más pequeños. Tras estudiar el comportamiento de miles de niños, la Dra. Dweck acuñó los términos mentalidad fija y mentalidad de crecimiento para describir las creencias subyacentes que tienen las personas sobre el aprendizaje y la inteligencia. Cuando los alumnos creen que pueden ser más inteligentes, entienden que el esfuerzo les hace más fuertes. Por lo tanto, dedican más tiempo y esfuerzo, lo que conduce a un mayor rendimiento.
Los recientes avances de la neurociencia nos han demostrado que el cerebro es mucho más maleable de lo que creíamos. La investigación sobre la plasticidad cerebral ha demostrado que la conectividad entre neuronas puede cambiar con la experiencia. Con la práctica, las redes neuronales crean nuevas conexiones, refuerzan las existentes y crean un aislamiento que acelera la transmisión de impulsos. Estos descubrimientos neurocientíficos nos han demostrado que podemos aumentar nuestro crecimiento neuronal mediante las acciones que llevamos a cabo, como utilizar buenas estrategias, hacer preguntas, practicar y seguir buenos hábitos de nutrición y sueño.
¿Cuál es la mentalidad?
Según su teoría, existen dos formas de mentalidad, la mentalidad de crecimiento (a menudo traducida como orientada al crecimiento, dinámica) y la mentalidad fija (fixed = rígida, inflexible).
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
La «mentalidad de crecimiento» se refiere a una forma de pensar basada en el esfuerzo constante por crecer.
¿Qué es una mentalidad fija?
La mentalidad fija describe una autoevaluación según la cual las personas creen que sus habilidades y talentos son innatos y no cambian. La mentalidad fija se contrapone a la mentalidad de crecimiento: la creencia de que uno puede desarrollarse más y adquirir habilidades y talentos.
La mentalidad de crecimiento
Los becarios se sienten profundamente gratificados cuando sus ideas tienen éxito. Y se sienten aún más gratificados cuando sus ideas marcan la diferencia, mejorando la motivación, la innovación o la productividad, por ejemplo. Pero la popularidad tiene un precio: A veces la gente distorsiona las ideas y, por tanto, no aprovecha sus beneficios. Esto ha empezado a ocurrir con mi investigación sobre las mentalidades de «crecimiento» frente a las «fijas» entre los individuos y dentro de las organizaciones.
Resumiendo brevemente los resultados: Los individuos que creen que sus talentos pueden desarrollarse (mediante el trabajo duro, buenas estrategias y la aportación de otros) tienen una mentalidad de crecimiento. Tienden a lograr más que los que tienen una mentalidad más fija (los que creen que sus talentos son dones innatos). Esto se debe a que se preocupan menos por parecer inteligentes y ponen más energía en aprender. Cuando empresas enteras adoptan una mentalidad de crecimiento, sus empleados dicen sentirse mucho más capacitados y comprometidos; también reciben un mayor apoyo organizativo para la colaboración y la innovación. Por el contrario, los empleados de empresas con mentalidad principalmente fija afirman que hay más trampas y engaños entre ellos, presumiblemente para ganar ventaja en la carrera del talento.
Grit – die neue formel z
Una idea errónea muy extendida en el mundo empresarial es que o se tiene lo que hay que tener para ser empresario o no se tiene. En realidad, las habilidades empresariales pueden aprenderse y reforzarse como cualquier otra habilidad.
«¿Hay que ser un genio creativo para tener éxito?», se pregunta William Sahlman, profesor de la Harvard Business School, en el curso en línea Entrepreneurship Essentials. «¿Hay que ser joven, o técnico, o haber abandonado la universidad, o buscar el riesgo para convertirse en empresario? Yo creo que no. Cualquier persona puede encontrar oportunidades, atraer los recursos necesarios y formar equipos para llevar productos y servicios de éxito a los clientes».
Alguien con una mentalidad de crecimiento considera que la inteligencia, las capacidades y los talentos se pueden aprender y mejorar con esfuerzo. Por otro lado, alguien con una mentalidad fija ve esos mismos rasgos como inherentemente estables e inmutables con el tiempo.
Por ejemplo, como aspirante a empresario, necesitas conocimientos básicos de finanzas para elaborar el presupuesto de tu empresa y preparar sus estados financieros. Si tienes una mentalidad fija, puedes pensar: «Nunca se me han dado bien las matemáticas, y mucho menos los estados financieros. No estoy hecho para dirigir mi propio negocio».
Definición de psicología de la mentalidad de crecimiento
Es posible que haya oído hablar de la «mentalidad de crecimiento» en debates sobre psicología popular y tendencias sociales. Desde charlas TED hasta libros, concursos y seminarios, cada vez se habla más de esta idea.
Una mentalidad de crecimiento significa que prosperas ante los retos y no ves el fracaso como una forma de describirte a ti mismo, sino como un trampolín para crecer y desarrollar tus capacidades. Tu inteligencia y tus talentos son susceptibles de crecimiento.
Tras estudiar el comportamiento de estudiantes y niños, surgió el término «mentalidad de crecimiento». En pocas palabras, esta mentalidad significa que crees en tu capacidad para mejorar mediante el trabajo duro y la ayuda de los demás.
Dweck dice: «Esta mentalidad de crecimiento se basa en la creencia de que tus cualidades básicas son cosas que puedes cultivar con tu esfuerzo». Aunque las personas pueden diferir en todos los sentidos en sus talentos y aptitudes iniciales, intereses o temperamentos, todo el mundo puede cambiar y crecer a través de la aplicación y la experiencia.»
Diálogos internos como «¿Y si fracasas?» o «Si no lo intentas, nadie te verá fracasar», significan que en tu interior tienes una voz de mentalidad fija. Es importante escuchar tu voz mental interna para que puedas descubrir realmente qué tipo de mentalidad tienes. Este es el primer paso para cambiar con éxito tu mentalidad.